Hay factores que contribuyen a la aparición de enfermedades que deben considerarse para que no sean causales de importantes pérdidas económicas. Sin dudas, el estrés que sufren los bovinos en un sistema de confinamiento bajo determinadas circunstancias, es el más importante.

Se puede definir al estrés como la respuesta inespecífica del organismo ante cualquier demanda externa. Ocurre cuando los animales se encuentran sujetos a condiciones ambientales adversas que interfieren con su bienestar, el cual, a su vez, está directamente relacionado con la producción.

Para que los vacunos puedan ser eficientes se debe actuar, combatir y/o modificar todas las situaciones que disminuyan al bienestar e incidan negativamente en la producción.

El barro y el calor son causas de consumo disminuido o de patrón de consumo errático.

Estudios realizados por Riskowski, G. y De Shacer, J. en 1976, demostraron que un animal en el barro necesita 63 calorías extras para dar un paso.

Dependiendo del estado de los corrales, la reducción de ganancia diaria que puede ocasionar el barro es de entre el 15 al 30%. Según otros autores y en distintas circunstancias puede llegar al 50%, debido al aumento del requerimiento de mantenimiento diario del animal.

Esta pérdida se relaciona con la profundidad en que el animal entierra sus patas y la dificultad que esta situación le acarrea para trasladarse hasta los comederos. La alimentación pierde regularidad y el barro se convierte en una restricción al consumo.